lunes, 7 de abril de 2008

TU ÚLTIMO VINO

Hola Claudio. La verdad es que me da mucho respecto escribirte en este blog, que tus amigos más queridos te han dedicado, precisamente porque sé que has cultivado su amistad más leal durante muchos años y, de hecho, nuestra relación ha sido más bien corta (unos tres años) y peculiar (sólo nos vimos un día). Pero finalmente he vencido la vergüenza y me he decidido.

Han sido tres años de relación básicamente epistolar, por no decir internauta, porque a la que empezamos a comunicarnos por e-mail para tratar, resolver, discutir, negociar y elucubrar acerca de asuntos de marcas, nos olvidamos de las formalidades propias de las cartas entre profesionales y derivamos nuestra comunicación en mil temas sobre la vida en general, mucho más bonita que la propiedad industrial.

Teatro, música, vino, ilusiones, decepciones, viajes, emociones y tantas otras cosas fueron ganando terreno al mundo de las patentes y las marcas, y nos hicimos amigos por vía epistolar, sin saber qué cara tenía el otro, ni cómo sonaba su voz. Qué increíble, aunque, en realidad, ni falta que nos hacía.

Hasta que en febrero del pasado año nos vimos las caras en tu tierra. Haciendo gala de tu hospitalidad, me abriste las puertas de tu casa, me invitaste a un espléndido asado y compartimos un buen vino. Y de esta forma, no sólo te puse cara y voz a vos, sino también a Vivi y a tus hijos Miranda y Theo. Estuve muy a gusto y disfruté de uno de los grandes placeres de la vida: descubrir nuevos amigos. A mi vuelta a Barcelona ya te felicité por tan fabulosa y encantadora familia, seguro que la que te mereces. De verdad que fue un día muy especial para mí, como he tenido ocasión de decirle a Vivi más de una vez. Guardo un recuerdo muy bonito de todos vosotros, Lenin incluido y me quedaron muchas ganas de repetir.

Pero se cortó ahí. Era el inicio de una amistad, ya con caras y voces, con muchas expectativas de futuros encuentros. Y no se te ocurre otra cosa que largarte y dejarme con las ganas. Pues que sepas que, ya que no es contigo, estaré en Berlín con Vivi y con Marce, y será una preciosa forma de mantenerte entre nosotras y, por mi parte, saber más cosas de ti, porque puedes estar seguro de que serás el prota de la historia.

Y bueno, me gusta pensar que, como me dijo Vivi que le confirmaste tú, tu último vino fue el que compartimos. Así me siento un poquito más importante en tu vida.

A vos: Te mando un beso grande ahí donde estés y manda alguna señal de vez en cuando para saber que estás bien y nos lees.

A Vivi: Un abrazo muy cálido, lleno de energía. Mucha fuerza, aunque sé que la tienes, nunca está de más otro poquito

A Miranda y a Theo: Mi papá también se fue un día y puedo imaginar cómo os sentís. Sólo os puedo decir que guardéis de él recuerdos alegres, evitéis los tristes y que os riáis con él de lo que os reirías si estuviera con vosotros y que le vayáis dedicando las cosas bonitas que os pasen en la vida. Un beso enorme.

Susanna Mainar

No hay comentarios: